Cuestión de preguntar.

¿Quién le susurrará al viento mi perfume?
¿Quién al final del día recitará mis poemas al viento?
¿Quién al pasar los años recordará mi nombre?
¿Quién llenará mi pecho con arena blanca?
¿Qué ocurrirá mañana en la madrugada?
¿Las vías del tren acariciarán mi espalda?
¿O quizás el filo de esta hoja me mirará el alma?
La botella llora
El sol tiene frío
La traición acuña
El lamento suena vacío
Y en la madrugada lloras
Preguntándote porqué la mariposa se ha vuelto oruga
Porqué las nueves se posan tristes en el cielo
O porqué se suicidan los sueños…
Y es que el rumbo del caminante vagabundo por las aceras,
se ve truncada por un fantasma que le recuerda que la vida es así
como el clavel que despreció la bella dama
como el beso que se negó a llegar a su destino
como el bebé que al sacar la cabeza de su madre tiene la mirada podrida
Pero siéntate en ese balcón y vuela
olvida como llorar y sonreír,
que nadie necesita eso…
Súbete a ese caballo blanco
y galopa directo y recto
ve a donde puedas atrapar a la muerte con una red de pescar
que ella agradecerá que su trabajo se haya vuelto ameno por última vez
así mañana por esa intención
la señorita se tire por el balcón al creer que voló
y que su amado amante se atragante con el anillo de ese compromiso que nunca se consumó.


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