Y el cuerpo decidió quedarse dónde fue encontrado por mí… Después de la batalla quedó algo destrozado; me acosté a su lado y miré el cielo, el frío viento me golpeó el rostro y solo pude sonreír.
Extrañaba los gusanos recorriendo mis brazos, el caos de las piedras en mi cabeza y la belleza del agua sucia bajando por mis piernas…
El viento y el olor a maleza me acurrucaron, sentí la paz de la muerte pero estaba respirando…
Los cuervos llegaron y limpiaron sus picos con mis tripas, luego pasaron los zorros y en sus hocicos trasladaron partes de mí y por si fuera poco le grite al río que llevara mis restos al fondo a qué los peces se lo comieran.
El cielo se volvió negro, mi respiración suave, el aroma intenso y el miedo cosquillente por mis piernas ya dormidas…
Ahora trozos de mi se encuentran en el rio, y en los peces, y tal vez en alguna familia que comió alguno de ellos; trozos de mi bajaron del cielo y subieron a los nidos, y otros quedaron en el suelo esperando ser comidos.
SimplementeCaos. 